domingo, 22 de noviembre de 2015

A PEPE


Tus ojos
grandes,
como cielos estivales,
la serenidad
de tu mirada noble,
 son el lazo
 que nos une.
Cobijarte, acunarte  ,levantarte
de esas caídas
que a veces
enredaron tus pies…


Abultaste
mi cintura
ocho meses
de impaciencia
para abordar la vida
con  fragilidad
sin saber
 girarte al mundo,
con un llanto
que no llegaba… 


Hoy…
esos ojos
azules
de océanos intensos
son lo mejor

que me pudo pasar

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